Las diferencias apuntadas por el ministro entre el programa francés y el británico estriban en que los científicos francese apuestan por un seguimiento de ciertas poblaciones animales geográficamente más expuestas al riesgo de contaminación, sobre todo dentro de Bretaña. En el caso de que se descubra contaminación, se sacrificaría todo ese ganado.

Sobre el contencioso franco-británico, el ministro francés duda de que los futuros códigos de barras para las carnes contengan toda la información necesaria y defiende el etiquetado para toda Europa. En este sentido, Glavany asegura que la intención de Francia es ofrecer "la máxma seguridad alimentaria posible al consumidor".

Asimismo, el ministro de Agricultura se ha mostrado contrario a la prohibición total de las harinas animales, ya que eso provocaría un aumento de las importaciones de soja transgénica de EE.UU. para asegurar la aportación de proteínas al porcino y a las aves.

Por otra parte, la Agencia Francesa de Seguridad Sanitaria de los Alimentos comunicará en los próximos días al Gobierno su intención de realizar estudios sobre nuevas medidas para prevenir la ransmisión de la EEB al hombre, por la vía alimentaria.

Entre las medidas preventivas figura la exclusión de la totalidad de intestinos de las cadenas alimentarias, así como de otros tejidos. También se excluirán de la donación de sangre a personas que hayan vivido largo tiempo en Gran Bretaña.