Hasta julio de 1996, los desechos del ganado vacuno fueron empleados para la alimentación animal y estaban sujetos sólo a controles limitados como medida para prevenir que la encefalopatía bovina espongiforne (EEB) infectase a los hombres.

Gran Bretaña decidió por aquel tiempo retirar de la cadena alimentaria todas las reses nacidas antes de esa fecha clave, para frenar la extensión de mal de las "vacas locas", mientras Francia centraba sus esfuerzos exclusivamente en unos mayores controles en el mercado de aquellos animales nacidos antes de julio, según recalca hoy "Financial Times".

La FNSEA, la mayor federación de productores de carne en Francia, estima que adoptar medidas como las británicas supondría el sacrificio de cerca de 1,5 millones de cabezas de res en unos 5 ó 6 años. Los productores esperan que Bruselas se ocupe de compensarles por los costes de tales pérdidas, mientrs el Gobierno francés, y en concreto el ministro de Agricultura, Jean Glavany, hace todo lo posible por tranquilizar a la agitada opinión pública del país ante toda esta crisis.

VACAS VEGETARIANAS

El martes reinó la confusión total en Francia, cuando muchos municipios decidieron retirar la carne de vacuno de los menús de los comedores escolares como principio de precaución, según refleja hoy "Le Monde".

La capital ha elegido una solución de compromiso recomendando a ciudadanos en general y a prveedores de productos cárnicos la supresión del vacuno en escuelas primarias parisinas, así como la búsqueda rápida de menús alternativos, como los vegetarianos.

Mientras la ciudad de Estrasburgo retira las albóndigas de carne y París "bendice" los tomates y las verduras, la localidad de Decazeville promete inventar filetes de "vaca vegetariana". La ciudad de Blois ha lanzado una consulta a su población sobre los temores ante la crisis y Roanne aprovecha promocionando las ventajas de su preciado "charlais", una raza local de vacuno considerada de primera clase, entre otras muchas acciones en las que se halla envuelto el país vecino.