Además de destacar que revela una inmoralidad ecológica, monseñor Reig dijo que esta enfermedad demuestra que los intereses industriales y económicos se anteponen a la salvaguarda de la salud de los ciudadanos y del medio ambiente.

El prelado señaló en una rueda de prensa en la que presentó los actos que celebrará la Iglesia con motivo de la celebración, el próximo domingo, del "Día de la Vida, que el mal de las "vcas locas" revela la existencia de una creencia según la cual "podemos hacer lo que nos da la gana", primando el beneficio económico, los intereses industriales y el consumo.

Reig comparó este caso con la manipulación de embriones, ya que aseguró que si bien la ingeniería genética puede ser éticamente aceptable cuando tenga un finalidad terapéutica, es repobable cuando entraña la manipulación de embriones que se tratan como objetos.

El obispo se preguntó por qué no se invierten más fondos en el dsarrollo de la investigación que incida en la clonación de células adultas y, por el contrario, "nos empecinamos en maltratar embriones".

En este sentido, advirtió de que "una ciencia sin conciencia es tiránica" y del riesgo de un proceso que calificó como industrialización de la ciencia.