VACAS LOCAS. JORDANIA SE SUMA A POLONIA EN EL CIERRE DE FRONTERAS AL VACUNO ESPAÑOL, Y RUSIA Y HUNGRIA PONEN PEGAS

- Agricultura asegura que España cumple con el tratamiento de los residuos con riesgo de transmitir la enfermedad

MADRID
SERVIMEDIA

Las autoridades de Jordania decidieron hoy, como habían hecho antes las de Polonia, cerrar sus fronteras a la importación de vacuno de origen spañol, según fuentes oficiales españolas, mientras que Rusia y Hungría han puesto pegas a la entrada de carne española, según han denunciado los productores y exportadores de vacuno.

En el caso de Rusia, uno mercado muy importante para el sector, ya que importa más de 600 toneladas cada mes, el Ministerio de Agricultura español no ha recibido una comunicación oficial, ni tampoco conocían este hecho en la embajada de Rusia en Madrid, a pesar de la denuncia de los productores.

Respecto a Hungría, uentes de la embajada de este país en España informaron a Servimedia que esta mañana se reunió en Budapest el comité de expertos agroalimentarios para estudiar un posible cierre de la frontera para el vacuno español, tras aparecer el primer caso de esta enfermedad.

Finalmente, han optado por mantener las importaciones de vacuno español y exigir más rigor en los controles alimentarios. No obstante, las autoridades húngaras acordaron prohibir la entrada en su país a partir de enero de 2001 de las harina españolas hechas a base de desechos cárnicos.

MATERIALES DE RIESGO

Por otra parte, fuentes ministeriales aseguraron a Servimedia que en España se está cumpliendo estrictamente, desde el pasado 1 de octubre, la normativa comunitaria que exige la eliminación de los Materiales Específicos de Riesgo (MER).

Estos materiales, principalmente sesos, médula ósea y algunos huesos, son incinerados en las cinco plantas especiales de tratamiento que, actualmente, están ubicadas en Gerona, León, Lugo y dos n Valencia.

Según Agricultura, mientras los materiales de riesgo llegan a estas plantas, son almacenados en contenedores especiales que dependen de la vigilancia de las comunidades autónomas que, además, pueden crear nuevas plantas incineradoras o adaptar las ya existentes, puesto que el tratamiento de los desechos depende de los Ejecutivos autonómicos.

(SERVIMEDIA)
29 Nov 2000
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