Con esta decisión, que entró en vigor en diciembre, Francia se suma a las medidas de precaución tomadas ya por Portugal y el Reino Unido, que consideran que este hueso, que contiene la médula, debe ser eliminado para evitar el "riesgo residual" de contagiar el mal, según consta en el decreto publicado por el boletín oficial del estado galo.

Además, esta decisión supone la prohibición para comercializar chuletn de ternera o vaca que incluya los huesos de la columna vertebral de los animales, si bien tiene una excepción: los franceses sí permiten consumir el rabo de los bovinos, que contiene las últimas vértebras del animal.

La decisión de las autoridades galas fue adoptada tras conocer un informe elaborado por la Agencia Francesa de Seguridad Sanitaria de los Alimentos (AFSSA).