Estas medidas, contenidas en una orden del Ministerio de Sanidad y Consumo del pasado 10 de mayo, se basan en el dictamen del Comité Director Científico de la Unión Europea, que emitió un dictamen al respecto el 9 de diciembre de 1997.

Este informe científico contenía un listado de materiales específicos de riesgo (órganos, tejidos y productos que contengan unos u otros) que no coincidía on el aprobado en la Decisión 97/534/CE de la Comisión Europea, adoptada el 30 de julio de 1997, relativa a la prohibición de uso de los materiales de riesgo en relación con las encefalopatías espongiformes transmisibles.

En esta decisión se preveía la eliminación de determinados órganos de los rumiantes y su destrucción, para evitar su uso en la cadena alimentaria humana o animal, y así prevenir la posible transmisión del "mal de las vacas locas", fijándose su entrada en vigor para el día 1 de enero e 1998.

Sin embargo, el Comité Director Científico, creado el 10 de junio de 1997, emitió un dictamen sobre el listado de materiales específicos de riesgo no coincidente con los citados en la Decisión 97/534/CE, lo que obligó al Consejo de la Unión Europea a modificar su anterior decisión y a aprobar una nueva, la 98/745/CE, que no está previsto aplicar hasta el 31 de diciembre de 1999.

MEDIDAS CAUTELARES

Pero falta todavía una decisión comunitaria que unifique las medidas a aplicar a los materales específicos de riesgo en todo el ámbito europeo, por lo que el Gobierno español ha adoptado las mencionadas medidas cautelares para la protección de la salud de los consumidores en todo el Estado.

La disposición de Sanidad se basa, además de en el dictamen del Comité Científico comunitario, en los datos de casos de encefalopatía espongiforme bovina declarados en el mundo y notificados a la Oficina Internacional de Epizootias.

Una vez consultados los sectores afectados y previo informe de la omisión Interministerial para la Ordenación Alimentaria, Sanidad y Consumo ha prohibido la importación de intestinos de animales bovinos, ovinos o caprinos de cualquier edad procedentes de cualquiera de los mencionados 9 países europeos.

Asimismo, está prohibida la entrada de bazos de ovinos o caprinos de cualquier edad; cráneos, incluyendo el encéfalo, ojos y duramadre, las amígdalas, la médula espinal y la columna vertebral, con los ganglios de la raíz dorsal, de los bovinos, ovinos o caprinos de má de 12 meses de edad.

Si se trata de reses importadas para su cría y sacrificio en España, todos estos órganos y tejidos prohibidos deberán separarse de la canal en el matadero para evitar que lleguen al consumo humano o animal, y destruirse tras su inspección, según indica la orden.

SALVEDAD

Sanidad y Consumo precisa que, cuando a juicio de la autoridad competente de la comunidad autónoma, "en los establecimientos de sacrificio se cuente con medios humanos, materiales y sistemas de organizació del trabajo que garanticen que puede separarse el íleon del resto del intestino sin que se produzca contaminación de éste, se podrá separar sólo aquel para su destrucción".

Estas medidas han causado malestar entre los importadores españoles de ganado y engordadores, especialmente en la asociación de criadores de terneros Asovac, que ha dirigido una circular a sus socios muy crítica con la orden de Sanidad.

Servimedia ha recabado de Asovac un pronunciamiento público sobre la cuestión, pero un resonsable de la asociación respondió que preferían no hacer declaraciones, dado lo "delicado" del asunto.

Los productores de vacuno importado están estudiando la forma de recurrir la orden de Sanidad o negociar un cumplimiento parcial de la misma, dado el perjuicio económico que supone para el sector.

La cabaña española de ganado bovino, ovino y caprino está libre de la "enfermedad de las vacas locas"; de ahí que el Gobierno imponga esta prohibición sólo a los animales vivos u órganos de animales mertos importados de 9 estados europeos.