Según la COAG, la psicosis desencadenada por la epidemia británica ha provocado en España un descenso delconsumo, a pesar de que no se haya localizado ningún caso de la enfermedad en el ganado de nuestro país. Las pérdidas sufridas por los ganaderos ascienden a 56.000 millones de pesetas, según estas fuentes.

La COAG entiende que son los ganaderos quienes soportan el grueso de la crisis y por ello piden que el Gobierno tome una serie de medidas, como distribuir 2.500 millones de pesetas de ayuda comunitaria entre los productores o que la Administración española habilite una partida de 11.000 millones par complementar las ayudas y evitar competencias desiguales con nuestros homólogos comunitarios.

También piden que se establezcan créditos de campaña, reducir el 50% de las cotizaciones del IRPF y la Seguridad Social en 1996, la puesta en marcha de una campaña de promoción y asesoramiento al consumidor de carne de vaca, el apoyo al mantenimiento del embargo al Reino Unido y la reforma de la OCM (Organización Común de Mercado) del vacuno.

La COAG insiste en la necesidad de sacrificar obligatoriament a todos los animales vacunos de una explotación cuando se detecte un caso de encefalitis espongiforme bovina en toda la Unión Europea, la prohibición de piensos con proteína animal hasta que no se demuestre que no transmiten la enfermedad y el cumplimiento estricto de los controles normativos sobre la carne.