Esta medida está dirigida a subvencionar la destrucción de vacas mayores de 30 meses cuyos propietarios no deseen destinarlas al consumo, por lo que no es obligatorio someterlas al test de detección de la EEB.

El Ministerio de Agricultura tiene previsto sacrificar hasta 180.000 vacas mayores de 30 meses en el primer semestre, de entre las cuale tiene que efectuar un mínimo de 5.000 pruebas priónicas aleatoriamente.

Sin embargo, la convicción de los ganaderos de que sus reses están sanas y el bajo precio ofrecido por ellas para incinerarlas está fomentando que decidan esperar a que el mercado se recupere y los precios de la carne de abasto suban.

Ante esta situación, para incentivar este programa, el Gobierno aprobó ayer pagar 2.000 pesetas más por animal destinado a destrucción, así como hasta 3 pesetas más por kilo para subvencionar e transporte desde la explotación al matadero.