Fuentes del MOPT consultadas por Servimedia señalaron que la nueva ley incluirá como edificación el uso y las mejoras que se hagan en el inmueble una vez se ha vendido y hasta su demolición, con el fin de hacer responsables de los cambios que se hacen en los edificios a las personas que los adquieren y utilizan.

El objetivo de esta medida, según las mismas fuentes, es impedir que quienes abitan los edificios puedan hacer cuantas reformas y usos deseen del inmueble sin adquirir responsabilidad por una mala ejecución.

Para lograr estos objetivos, el MOPT está dispuesto a exigir en todos los contratos de compra-venta de viviendas o edificios enteros la entrega al comprador de documentos informativos en los que se le informa de las posibilidades de uso y reforma que tiene lo que compra y bajo qué condiciones.

Este "manual de instrucciones de la vivienda" deberá reflejar las reformas ue pueden efectuarse y con qué materiales, así como los usos para los que ha sido pensado el inmueble en el momento de diseñarlo.

Aunque la reforma del Gobierno sobre normativa de edificios no obligará a los usuarios de una vivienda a suscribir un seguro, como ocurrirá con el resto de los agentes que intervienen en su construcción, sí hará recaer sobre los titulares del inmueble y sus usuarios las responsabilidades derivadas de posibles incumplimientos.

La medida evitará, como ocurre actualmente,que un vecino de una finca o el titular del edificio achaque al desconocimiento de sus limitaciones para inhibirse de posibles responsabilidades, que pueden oscilar entre una simple grieta en el techo del vecino y el derrumbe del edificio.

Estas obligaciones legales no se limitarán a fijar el uso y las reformas adecuadas; también descargará sobre los usuarios, sean o no propietarios de la vivienda, la responsabilidad de conservarla en buenas condiciones de habitabilidad y seguridad, para evitar un detrioro acelerado.

"QUE CADA PALO AGUANTE SU VELA"

No obstante, la ley establecerá un largo entramado de garantías obligatorias para el resto de los agentes que intervienen en la edificación, antes de llegar a las de los usuarios finales de un inmueble.

Así, los promotores se harán cargo de cualquier responsabilidad que corresponda a alguno de los agentes contratados para hacer el edificio, en el supuesto de que éstos se declaren insolventes y no se les haya trasladado la obligación de cubrir conuna póliza de seguros o un aval los riesgos derivados de su instalación.

Los constructores, por su parte, deberán prestar una especial atención a las actividades que realizan sus administradores para evitar que los materiales empleados en las obras, las condiciones de seguridad de los obreros y el resultado final del edificio cumpla con las condiciones exigidas, porque se lo exigirá la póliza que tendrán que suscribir.

También los arquitectos, únicos que hasta ahora debían asegurar los riesgos deivados de posibles errores en el diseño, aumentarán su responsabilidad a los cambios que puedan hacerse en el proyecto durante su ejecución y a los riesgos derivados de incumplimientos en los acuerdos que tengan con los promotores.

Empresas encargadas de verificar los materiales empleados, de controlar la edificación, de analizar los terrenos, hacer peritajes y realizar instalaciones de fontanería, aislamientos, electricidad, entre otros ejemplos, también deberán cubrir con pólizas de seguro su parte e responsabilidad.