Los ganaderos dejan a los curiosos entrar en el edificio, en estado muy destartalado, y que está rodeado de un cerco en cuyo interior hay numerosas vacas y bosta repartida por toda la estancia, que rezuma olor a estiercol y paja.

El cnvento tiene hundida la cubierta de cañón, pero todavía conserva muestras de su antiguo esplendor, como el cimborrio del tejado, que ofrece una bella estampa con las cigüeñas que la sobrevuelan, y el claustro, donde están almacenados varios aperos de labranza.

José Luis Vaquero Vázquez, un licenciado en Filosofía y Letras natural de Brozas, está realizando una tesis sobre la riqueza artística de la localidad y sostiene que en el convento deben seguir los restos mortales de Iñigo de ARguello Carvajal, n caballero de Santiago que murió en 1597, y que logró tres años antes de su fallecimiento que todos los capítulos que celebrarán los franciscanos de esta provincia de San Gabriel se realizaran en las Brozas.

Por su parte, Francisco Sánchez Lomba, profesor de Historia de Arte de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Extremadura, manifestó que "ver este convento así es lamentable".

Explicó que en la provincia de Cáceres hay otros conventos en ruinas, como el de San Francisco, en Aroyo de la Luz, el de San Antonio, en Garrovilla, y otros en Gata y en Las Hurdes.