En el caso del limón, los agricultores reciben 0,09 céntimos por kilo y el precio al consumidor es de 0,98 euros por kilo; en la mandarina, el agricultor cobra 0,15 euros por kilo y el consumidor lo está pagando a 1,20 euros, con un incremento del 800%, o la clementina, con precios en origen de 0,25 euros por kilo y precios en destino de 1,79 euros, con un aumento del 716%.

Lo mismo sucede con la naranja, con un precio recibido por los agricultores de 0,16 euros por kilo y con precios de 0,90 euros en el punto de venta (con incrementos del 563%), y la pera, con precios en origen de 0,46 euros por kilo mientras que el consumidor paga 1 euro por kilo (un aumento del 217%).

En el sector de hortalizas y verduras, la lechuga se está pagando al agricultor a 0,10 céntimos el kilo mientras que a los consumidores les cuesta de media 0,80 euros por kilo, con un incremento del 800%.

En el tomate, los precios medios en origen están en 0,17 céntimos por kilo, mientras que en destino la cotización media es de 1,25 euros por kilo, lo que significa un incremento del 735%.