El informe agrega que la meteorología adversa aparece como uno de los factores concurrentes que dan lugar al acciente, acompañado siempre de otros, como la velocidad inadecuada, distracción o infracción a las normas de circulación.

En los nueve primeros meses de 1993, el 16,5 por ciento de los accidentes de tráfico con víctimas se produjo bajo la influencia de alguna circunstancia climática perjudicial para la conducción. La lluvia -que está presente en una media de 113 días al año en España- es el fenómeno meteorológico que con más frecuencia dificulta la conducción.

La lluvia provoca pérdida de visibilida y de adherencia, como lo demuestran las colisiones múltiples que suelen registrarse en los días lluviosos. La niebla es otro de los grandes enemigos del conductor, así como la nieve, el hielo y el viento.

En el caso de que las condiciones meteorológicas no sean propicias, los conductores han de disminuir la velocidad, extremar la distancia de seguridad, asegurarse de contar con buen alumbrado, anticipar las maniobras y permanecer siempre alerta.