A raíz de estos resultados, elaborados por la asociación Empenta Compromiso Educativo contra la Marginación y publicados en el boletín oficial del citado colegio, los autores del sondeo se plantean interrogantes sobre cómo abordarán los docentes que se muestran favorables a legalizar la droga esta cuestión con sus alumnos.

La encuesta, que fue remitida a los centros escolares de 35 provincias españolas a finales de 1991, fue contestada por 1.00 docentes colegiados y sus resultados sirvieron para realizar una memoria que ha sido enviada al Plan Nacional sobre Drogas, que la subvencionó.

Es especialmente significativo, según los autores, que un 8,5 por ciento de los profesores manifiesten que no intervendrían si fueran informado de que uno de sus alumnos se droga.

Además, un 90 por ciento de los docente de Enseñanzas Medias de este país no ha participado jamás en actividades de formación sobre prevención del consumo de drogas.

Lascausas que aducen para no haber intervenido nunca en este tipo de actividades varían. Así, un 20 por ciento afirma que no dispone de tiempo para ello, el 14 por ciento que desconoce que existan cursos de formación, el 4,5 por ciento que no les interesa y el 60 por ciento aducen otras razones.

Sin embargo, y a pesar de que un 91 por ciento de los docentes sondeados considera que es conveniente para sus alumnos el desarrollo de programas de prevención en los centros, un 37 por ciento afirma que no acudiía nunca a cursos de formación sobre prevención de las drogodependencias.

Los que participarían en esas actividades si se las ofrecieran son el 41,3 por ciento, siempre que no supusiera un gasto y no fuera durante los fines de semana, mientras un 21,2 se muestra dispuesto a acudir a cursos de este tipo en cualquier caso, incluso si se celebran a más de 50 kilómetros de su lugar de residencia.

A juicio del Colegio Profesional de la Educación, la prevención del consumo de estupefacientes en las escelas debe ser abordada lo más tempranamente posible, pero no para hablar sobre las drogas, ni siquiera para subrayar sus peligros, porque se podría suscitar una curiosidad infantil negativa en los alumnos.

Según los autores de la memoria, es preciso hablar de una "prevención inespecífica", dirigida a detectar los factores sociales que puedan conducir al uso de las drogas y otros modos de marginalidad.