Esta asociación se fundó en 1985 y desde entonces se encarga de analizar y controlar la seguridad de los uguetes, a través de la realización de ensayos mecánicos, de inflamabilidad, químicos y eléctricos.

De acuerdo con AIJU, el 80 por ciento de los juguetes españoles que se comercializan en el mercado cumplen rigurosamente la normativa sobre seguridad, mientras el 20 por ciento restante tienen algunas irregularidades.

Esto no significa, según AIJU, que uno de cada cinco juguetes españoles sea inseguro para el niño, sino que lo que ocurre es que la normativa sobre seguridad es "tremendamente exigent". Pusieron como ejemplo las condiciones que debe tener el vestido de una muñeca para que no se queme, más seguro incluso que el del propio niño.

Para los responsables de esta asociación, la mayoría de los juguetes españoles no suponen riesgos en sí para los niños. El problema, a su juicio, es que en muchos casos los padres compran a sus hijos juguetes que no son los adecuados para su edad.

La AIJU destacó el fuerte esfuerzo inversor que han hecho las empresas fabricantes de juguetes para mejorarla calidad de sus productos desde 1990, año en el que el Gobierno español transpuso a la legislación española la normativa comunitaria sobre seguridad en los juguetes.

RIESGOS EN LOS IMPORTADOS

Sin embargo, los responsables de esta asociación destacaron los riesgos que suponen para los niños los juguetes importados de Extremo Oriente, a excepción de Japón, ya que la mayoría no cumplan la normativa europea y española sobre seguridad.

Pinturas tóxicas, ojos en los muñecos de peluche que se caen cn facilidad y piezas que los niños pueden tragar son algunas de las irregularidades detectadas en estos juguetes importados, según las fuentes de AIJU consultadas por esta agencia.

La falta de control de los juguetes importados ha sido duramente criticada por los fabricantes españoles de juguetes. Para Salvador Miró, presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ), el problema más grave que sufre actualmente el sector es el fuerte aumento de las importaciones de juguetes, especilmente de Japón, la mayoría de los cuales incumple la normativa vigente sobre seguridad.

Esto supone para los fabricantes de juguetes españoles, según señaló a esta agencia Salvador Miró, competir en desigualdad de condiciones, "al tener que competir con productos de precio muy bajo, calidad escasa y a los que no se les controla el cumplimiento de la normativa sobre seguridad".

En 1991, los laboratorios de la AIJU realizaron un total de 10.802 ensayos mecánicos y físicos de juguetes, 1.544 prueba de inflamabilidad, 9.636 análisis de elementos pesados, 144 ensayos químicos y 1.360 ensayoss eléctricos.

Además de estas pruebas de laboratorio, la AIJU realiza estudios de investigación para las empresas fabricantes de juguetes, informes sobre la edad para el uso correcto del juguete, sugerencias sobre envases y formatos y otros trabajos relacionados con la seguridad y el mundo del juguete.