Así lo hizo saber esta mañana la ministra, reunida con el Pleno del Consejo de Coordinación Universitaria, en Zaragoza.

Estas cinco áreas del saber serán: Artes y Humanidades, Ciencias, Ciencias de la Salud, Ciencias Sociales y Jurídicas e Ingeniería y Arquitectura. Las carreras que se engloben en cada una de las ramas, deberán tener conocimientos comunes en su primer curso, para "permitir movilidad" a los estudiantes.

Más allá de estas directrices comunes del primer año de carrera, que posibilitarán cambiar la opción inicial de estudios elegida y serán una "forma de evitar el abandono prematuro" de los estudiantes, las universidades tendrán libertad para configurar los títulos que impartan.

También la cantidad y el modo en que se realicen las prácticas será decidido desde las universidades. No habrá finalmente, por lo tanto, un curso adicional, después del Grado, que prepare a los estudiantes para el mundo laboral.

Se trata, según Cabrera, de que "quienes tengan un título de Grado tengan una salida clara al mundo laboral, sin necesidad de cualquier otra especialización".

Tampoco habrá, al final, un listado o catálogo de titulaciones. Las universidades tendrán autonomía a este respecto, siempre que las carreras se encuadren dentro de uno de estas cinco ramas, y compartan esos contenidos comunes, en su primer curso.

Así será propuesto, el próximo martes, en un documento que el ministerio entregará a los presidentes de las subcomisiones del Consejo de Coordinación Universitaria.

La propuesta de la estructura de las enseñanzas universitarias será aprobada a finales de octubre o principios de noviembre.

Esta propuesta del ministerio está enfocada hacia la adaptación a Bolonia (esto es, al modelo europeo) y hacia la nueva Ley Orgánica de Educación (LOU), cuya modificación será aprobada, previsiblemente, en primavera de 2007.

GRADOS, MÁSTER Y DOCTORADOS MÁS FLEXIBLES

La ministra recordó, en rueda de prensa, la propuesta de su Departamento, para la adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior (EEES). Según ésta, la educación superior constará de títulos de Grado (240 créditos que "subsumen a las antiguas diplomaturas y licenciaturas"), Máster de especialización de entre 60-120 créditos (es decir, de entre uno o dos años), que podrá cursarse en una disciplina concreta o bien interdisciplinar, y doctorados más "flexibles".

Estos nuevos doctorados permitirán incluir, en su desarrollo, créditos de otros másteres o estudios, de modo que se adecúen mejor al objeto de investigación escogido por el doctorando. Tendrán 60 créditos y, con este nuevo modelo, intentarán "atraer estudiantes de fuera".

Por otro lado, la ministra se refirió al cambio de la metodología docente que exigirá la adaptación a Europa.

Una transformación que se centrará "en el aprendizaje por parte del estudiante", quitando protagonismo a la tradicional clase magistral. Para ello, será necesario "un cambio de mentalidad".

FINANCIACIÓN POR RESULTADOS

La propuesta ministerial incluye un cambio en la financiación universitaria. "Tenemos que ir hacia un modelo de financiación de las universidades por resultados", afirmó Cabrera.

Esto supone que la financiación estará supeditada a las acciones y los resultados que alcance cada universidad, tanto en docencia como en investigación. Un objetivo que, según la ministra, "las universidades vienen pidiendo desde hace tiempo".

Cabrera apuntó que, antes de fin de año, se presentará al Gobierno un informe sobre financiación universitaria, eleborado por una comisión del Consejo de Coordinación Universitaria. La financiación por resultados implicaría un cambio de la normativa vigente de financiación universitraia.