El presidente del Consejo, Efrén Cires, cree necesario acabar con el "estudiante de profesión", ya que su permanencia ilimitada en la facultad, estudiando una carrera que nunca termina, ocasiona gastos de administración sin que el individuo los aproveche.

Según Cires, un ciclo de cinco años en la Universidad cuesta a la administración alrededor de dos millones de pesetas, un gasto que no se puede permitir sin que exista unarentabilidad en el rendimiento del estudiante. "Se trata de una persona privilegiada que utiliza inadecuadamente la financiación del Estado", dijo.

La universidad asturiana pretende acabar con el estudiante que hace de sus estudios una profesión, ocupando una plaza que podría aprovechar otra persona.

La idea, una vez estudiada la propuesta que deberán admitir los órganos directivos de la institución docente, es que cada estudiante no permanezca haciendo una carrera más del doble de años fijados pra dichos estudios.