Según Francisco Vives, investigador de la citada universidad, "nuestro cerebro se comunica a través de sustancias químicas de las que unas pocas pueden estar relacionadas con los procesos degenerativos y, por tanto, pueden ser utilizadas en la clínica como indicadores de la enfermedad (biomarcadores)".

"Estas sustancias químicas, íntegras o parcialmente metabolizadas, pasan a la sangre, donde pueden ser analizadas", añadió este investigador.

Los autores del trabajo indican que hasta la fecha no hay ningún método en el que se utilice la sangre para el diagnóstico de las enfermedades neurodegenerativas y, con este proyecto, se analizará un grupo de enzimas circulantes, las aminopeptidasas, como posibles biomarcadores de estas patologías.

Estos investigadores tratan de buscar métodos diagnósticos poco invasivos y con prácticamente ningún efecto secundario, como la extracción de sangre venosa. Las extracciones se realizan rutinariamente al hospitalizar a los pacientes para conocer su estado general, por lo que no hay ningún estrés añadido.

"En caso de sospecha de enfermedades neurodegenerativas", señaló Vives, "estas extracciones pueden aprovecharse para analizar proteínas útiles para la orientación diagnóstica de este tipo de enfermedades".