Los miembros de esta comisión señalaron que "no es posible en este momento concretar responsabilidades, ya que antes de tomar medidas tendrán que esperar a que terminen las diligencias penales en el juzgado de instrucción número 3 de Santiago".

"Sabemos los nombres, pero no podemos decirlo. Sería una filtración más grave que la de los exámenes", advirtió el presidente de la comisión de investigación, Jorge Barreiro, tras señalar que es responsabilidad del juz que instruye el caso decir si hubo o no delito penal.

Barreiro adelantó que la Universidad adoptará medidas de carácter administrativo contra los supuestos responsables, en el supuesto de que el juez decidiese que los hechos no son punibles penalmente, una vez conocida la decisión judicial.

En la denuncia que interpuso la Universidad poco después de descubrirse las filtraciones en los exámenes de filosofía, análisis de texto e inglés, y según explicó Julio García, secretario de la comisión, se xponía que los hechos podían ser constitutivos de delito de infedelidad en la custodia de documentos, violación de secreto y cohecho.

"La determinación de responsabilidades individuales se vio impedida por el carácter anónimo de muchas de las denuncias", apuntó García, que destacó que la comisión entrevistó a más de 60 personas y tomó declaración a otras 84.

Según Jorge Barreiro, en estas pruebas se dieron dos tipos de filtraciones, "las técnicas, que provoca el funcionamiento intrínseco de los sminarios", y que se ampliaron con el "amigismo" y las de "mala fe o fraudulentas", que fueron las que permitieron la filtración de los exámenes.

El rector compostelano, Ramón Villares, que habló de "descuidos y falta de cautela", se refirió a la complejidad de esta prueba "en la que pequeños errores tienen una gran repercusión" y en la que están involucrados 469 correctores y 116 representantes del personal administrativo.

La comisión de investigación entregó esta mañana un informe a la junta de obierno de la universidad, en la que se apunta una lista de declaraciones y pruebas recogidas a lo largo de cinco meses de trabajo, que ya ha sido entregada al juzgado número 3 de Santiago.

En el informe de la comisión de investigación se pide además la reforma de las pruebas de acceso para el curso 92-93, al considerar que no cumplen su objetivo.

Para Barreiro, la reforma tendría que incluir las características específicas de cada titulación y de los aspirantes a cursar las carreras y reducir elnúmero de exámenes que se plantean al alumno.

El rector explicó que la universidad ya ha encargado un estudio técnico que sea una alternativa a la actual selectividad y que el curso próximo se tratará de implicar más a las universidades de La Coruña y Vigo y buscar una profesionalización del tribunal único.

El descubrimiento de las filtraciones en las tres pruebas de la selectividad obligó a repetir estos exámenes a más de 11.000 alumnos por primera vez en la historia de la universidad gallega, l que causó diversas movilizaciones de los estudiantes.