Segúnla UPA, "como sindicato agrario no podía permanecer impasible ante la revuelta indígena y campesina del Estado de Chiapas, en México, y su posterior represión por parte del Ejército Federal". Aunque no acepta, en modo alguno, "las prácticas de terrorismo urbano, que puedan poner en peligro vidas inocentes".

Para esta asociación, las graves desigualdades en la distribución de la tierra, la pervivencia de una oligarquía casi feudal, el alto índice de analfabetismo, los bajos equipamientos en servicios sciales y en viviendas y la discriminación de la población indígena, son las principales causas de las revuelta.

La UPA, además, rechaza la salida política del Gobierno Mexicano basada en una "indiscriminada represión que está causando más muertes entre otros campesinos y entre la población civil, que entre los propios sublevados a los que quiere aplastar", según indica en el comunicado de prensa.