La organización humanitaria continúa enviando suministros de emergencia a las comunidades de Centroamérica y México devastadas por el huracán.

Las lluvias torrenciales, inundaciones y deslizamientos de tierras podrían haber causado miles de víctimas mortales y han dejado sin hogar a cerca de medio millón de personas, desde el sur de México hasta El Salvador, en lo que se considera el peor desastre sufrido en la región desde el huracán "Mitch", en 1998.

"Todavía no tenemos datos exactos, pero las estadísticas demográficas de las áreas afectadas sugieren que más de un tercio de las víctimas de esta tragedia son niños y niñas, siempre los más vulnerables en inundaciones y deslizamientos, especialmente en las comunidades pobres", manifestó Nils Kastberg, director regional de Unicef para Latinoamérica y el Caribe.

Unicef ya ha desviado cientos de miles de dólares de sus programas regulares de desarrollo en los países afectados para ayudar a gobiernos y ONG a hacer frente a la crisis.