Estas cifras de Unesa, que confirman la continuidad en la atonía económica de las empresas, arrastraron a las compañías generadoras a reducir su producción global un 1,1 por cien, a pesar de que el incremento de las lluvias disparó la generación hidroeléctrica a niveles muy superiores a los de 1993.

Además, los datos de producción y consumo definitivos de enero reflejan un rito de deterioro de la demanda superior al previsto, ya que las primeras estimaciones de la patronal eléctrica cifraban el descenso de los consumos en torno al 0,8 por cien, un punto por debajo del que resultó finalmente.

Según los datos de Unesa, sólo en el mes de enero, la producción de origen hidroeléctrico creció un 77,3 por cien respecto al mismo mes de 1993, mientras que la termoeléctrica clásica de carbón disminuyó un 25 por cien.

Las compañías eléctricas agrupadas en Unesa consideran que elcomportamiento de los índices pluviométricos está siendo muy bueno y permitirá a las empresas compensar, en parte, la reducción de ingresos respecto a las previsones que conllevará una demanda final inferior.