UNA VEINTENA DE MINUSVALIDOS SE ENCARGA DE ATENDER LAS CABINAS DE LAS PLAYAS DONOSTIARRAS
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Un grupo de 21 personas minusválidas es el encargado de atender los servicios de cabina, recogida de ropa y limpieza en las tres playas que tiene San Sebastián: la Concha, Ondarreta y Gros.
La federación Katea, empresa gipuzcoana dedicada al empleo protegido para minusválidos, de la que ellos mismos son socios, ha sido la encargada de conseguir que el Ayuntamiento les diese el contrato de explotación de este servicio playero.
Los minusválidos ya llevan dos años en este tipo de trabajo y el contrato tiene una vigencia de cinco años prorrogable a siete. Para acceder a estos puestos hace falta tener una minusvalía física superior al 33 por ciento. El horario de los trabajadores minusválidos es igual al de cualquier otrotrabajador en situación física normal, de 40 horas semanales.
La playa de la Concha cuenta con una plantilla de 12 personas minusválidas, la de Ondarreta de 7 y la de Gros de 2. Todos ellos se dividen en turnos.
La minusvalía de muchas de estas personas no es visible a primera vista: la falta de un riñón, una cojera o la poca movilidad de una brazo, por lo que muchos de los que acuden al servicio de cabinas de las playas ni siquiera se percatan de esta circunstancia.
Otros, por el contrario,según cuentan los propios minusválidos, el pasado año plantearon alguna queja diciendo que "cómo se podía poner en un trabajo de cara al público a un minusválido, por el mal efecto que podía causar ante los extranjeros". "Eso es una expresión nazi y racista", comentaron.
Los encargados de limpieza de los servicios y de las propias cabinas se sienten orgullosos de su trabajo, porque "hemos recibido muchas felicitaciones, aunque la gente ayuda poco a conservar esa limpieza, pero también hay que destacarque este año hay más socios. Por algo será".
Según los trabajadores de Katea, la gente que acude a cambiarse de ropa "nos exige algo más porque no cuentan con nuestra minusvalía. Nosotros tratamos de contentar a la gente y a veces nos excedemos un poquito. Yo termino reventado", afirma Patxi.
Este es el segundo año que la empresa Katea funciona en las playas donostiarras. "El primer año la gente estaba recelosa de nuestro trabajo, pero ahora nos han llegado a decir que la limpieza es impresionant".
Las cabinas están llenas de humedad, goteras, filtraciones en las paredes y otras deficiencias, por lo que los trabajadores esperan que el Ayuntamiento subsane pronto estos problemas.
Estos minusválidos acabarán su contrato cuando termine la temporada de playas, que en San Sebastián finaliza el 30 de septiembre, por lo que alguno de ellos volverán a quedarse sin trabajo.
Otros, durante el invierno son conserjes en colegios, "pero para esos que se quedan sin trabajo pronto les conseguiremo uno", aseguró un representante de Katea encargado de estos servicios de playa.
(SERVIMEDIA)
22 Ago 1992
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