Santiago Martín Barajas, portavoz de Aedenat, denunció a Servimedia que el impacto ambiental que ya han ocasionado ls obras pudría agravarse si los responsables de la construcción deciden, finalmente, colocar explosivos en un área donde habitan especies de rapaces en peligro de extinción, como el águila imperial.

Según los datos de las organizaciones conservacionistas, la construcción de la conducción ya ha destruido entre 15.000 y 20.000 encinas y enebros de gran porte y edad.

Además, Aedenat y GREFA consideran que las obras puden suponer la pérdida irreversible de, al menos, dos parejas de águila imperial, cya población mundial no supera las 130.

Para los ecologistas, ese trasvase constituye el mayor atentado con el medio natural perpetrado en la Comunidad de Madrid durante las últimas dos décadas.

Por ello, esas organizaciones han denunciado las obras ante la Comisión de Comunidades Europeas, por considerar que incumplen el derecho comunitario, y han pedido su inmediata paralización.