Los satélites tienen tres antenas que forman una pirámide dirigida hacia nuestro planeta. Están construidos con un material reflectivo produciendo destellos de luz solar de 20 segundos, que pueden verse desde cualquier punto de la Tierra.

El destello de luz de un satélite Iridium no es tan potente como la Luna llena, pero es más potente que cualquier otro objeto en el espacio visto desde l Tierra. De hecho, es 23 veces más luminoso que Venus.

Dan Green, del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian en Massachusetts, se lamenta en el último número de la revista "New Scientist" de que "estos nuevos satélites nos hacen perder un montón de tiempo y esfuerzo, ya que hay que estar bastante experimentado para distinguirlos de una supernova"