Este dato forma parte de las conclusiones del informe balístico realizado por la Policía sobre las armas incautadas en la detención de Francisco Rodríguez Muñoz, Ignacio Varela y Mónica Reflojos.

Además, el análisis policial ha permitido comprobar la presencia de huellas dactilares en las armas incautadas en tres pisos de los Grapo registrados en Móstoles (Madrid), León y Burjasot (Valencia).

Precisamente en Burjasot se enontró la pistola que se usó en el asesinato de los dos vigilantes del coche blindado, que resultaron muertos en Vigo cuanto los integrantes de esta banda intentaban atracarlos. También salió de ella la bala que mató a Sanz Morales.