La pareja, cuya identidad no ha sido facilitada, salía por la noche al pub y al bingo, y se quedaba dormida en la cama por la mañana, en lugar de preocuparse de mandar al colegio a su hijo de 15 años. Ahora serán controlados electrónicamente para garantizar que no se van de copas.

La decisión del tribunal fue adoptada después de escuchar a funcionarios de los servicios sociales, que pusieron de manifiesto las continuadas ausencias del hijo de la pareja en el colegio. El problema no quedó resuelto con unas multas impuestas con anterioridad al trasnochador matrimonio por este mismo comportamiento irresponsable.

El director del colegio al que va el adolescente respaldó la decisión judicial y señaló que es necesario hacer que el chaval vaya a clase, "incluso si eso supone privar a sus padres de salir de noche. Si los chicos no van a la escuela, no aprenderán, y eso puede afectar al resto de sus vidas".

"Tratamos de trabajar con los padres para resolver los casos de novillos", añadió, "pero desgraciadamente hay ocasiones en que no es suficiente y se hace necesario imponer multas o toques de queda por parte de los tribunales".

Por contra, Dick Whitfield, presidente de la Liga por la Reforma Penal, opinó que imponer un control electrónico a los padres para obligarles a permanecer en casa puede resultar contraproducente, al incrementar la tensión y el mal ambiente en el hogar.