UNA OPERACION "SIN BISTURI" PERMITE A LOS ENFERMOS DE CIRROSIS SALIR DEL QUIROFANO POR SU PROPIO PIE
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La operación denominada "Shunt porto-cava", realizada por medio de cirugía sin bisturí, permite a los enfermos de cirrosis ser intervenidos en dos horas mediante la introducción de catéteres que llegan hasta el hígado y "sin derramar ni una ota de sangre" durante el proceso.
Esta técnica de vanguardia de la medicina intervencionista, presentada hoy en Barcelona por los doctores Manuel Maynar, del Hospital de Las Palmas de Gran Canaria, y José María Rius Chornet, del centro sanitario Vall d'Hebron, de Barcelona, se aplicó por primera vez en el Estado español a un paciente que sufría cirrosis hepática en el Hospital Nuestra Señora del Pino de Las Palmas.
La intervención consiste, según explicaron Maynar y Rius, en "la comunicación de as venas porto y cava", de la misma forma en que se realiza en cirugía convencional aunque sin abrir el vientre del paciente.
En los casos de cirrosis hepática, la sangre no puede pasar por el hígado en cantidad suficiente a causa del estrechamiento de una vena o bien por exceso de tensión sanguínea. La pérdida de sangre por la rotura de varices del esófago, ocasionada por este motivo, provoca muchas veces la muerte de los enfermos de cirrosis.
Manuel Maynar explicó que la mortalidad de los enferos de cirrosis es actualmente de un 30 por ciento y que la técnica del "Shunt porto-cava" ya ha sido aplicada a 30 pacientes.
En la operación se hace una pequeña incisión en la vena yugular del enfermo y se le introduce un catéter, especie de alambre que guía a través de las venas, hasta el hígado. Por el mismo conducto se introduce un pequeño balón elástico, que al inflarse, dilata la vena obstruida.
Después de retirarse el balón se instala en el hígado una prótesis en forma de malla metálica ciíndrica, que mide 4 centímetros de largo por 11 milímetros de diámetro. Este elemento permitirá que la sangre llegue al hígado procedente de los intestinos.
Tras la intervención, el paciente puede salir por su propio pie del quirófano y es dado de alta al cabo de 48 horas para reiniciar su vida normal.
Según indicaron los doctores Rius y Maynar, pioneros en la utilización de esta técnica en España, la operación es muy utilizada para aquellos casos de enfermos de cirrosis que requieren un trasplane hepático y que deben esperar varios meses.
Una intervención convencional, de similares características, pero con heridas quirúrgicas, obliga al paciente a permanecer dos días en la unidad de cuidados intensivos y un par de semanas más en el hospital hasta su total recuperación.
(SERVIMEDIA)
28 Ene 1992