Las pruebas, desarrolladas por l equipo del doctor Erwin Montgomery, miden la función motora, el sentido del olfato y el carácter y pueden diferenciar a los propensos a la enfermedad de otras personas.

Según los datos que manejan estos científicos, el 23% de los 80 parientes más cercanos a un paciente enfermo de Parkinson dieron positivo en los resultados, mientras que esto sólo sucedió en el 9% del grupo que no tenía historial familiar de la enfermedad.

Sin embargo, los investigadores han advertido que dichas pruebas sólo periten identificar a las personas que poseen el gen, pero no la enfermedad. Además, el estudio servirá para detectar qué individuos se encuentran en la primera fase y permitirá a los investigadores realizar más investigaciones relacionadas con el citado gen.