La nueva legislación que entrará en vigor dentro de dos meses actualizará la Ley de los Americanos con Discapacidad de 1990, estableciendo requisitos más exigentes en distintas áreas, con el fin de adaptarse a las necesidades que plantea el envejecimiento de la población y el incremento del número de veteranos con lesiones de guerra discapacitantes.

Más de siete millones de establecimientos, entre ellospiscinas, campos de golf, cines, estadios, hoteles y centros comerciales, así como todas las instituciones públicas estatales y locales se verán afectadas por estas medidas, aunque quedarán exentas ciertas zonas de edificios ya construidos.

Los de nueva construcción y las reformas deberán ser completamente accesibles una vez aprobada la nueva normativa, que entre otros aspectos reducirá la altura máxima de los mostradores de las tiendas y a la que se pueden colocar los interruptores en las habitaciones de hotel, y establecerá el número de localidades que los cines y estadios deben reservar para personas con discapacidad.

También fija que instalaciones deportivas como las piscinas dispongan tanto de rampa como de una silla adaptada para facilitar el acceso al agua, que en campos de minigolf la mitad de los hoyos sean accesibles para usuarios de silla de ruedas y que los nuevos parques infantiles dispongan de juegos adaptados para niños con discapacidad.

El proyecto de ley ha suscitado diversas reacciones. Así, la Cámara de Comercio considera que será costoso y complicado cumplir las nuevas normas, mientras que las asociaciones de personas con discapacidad las consideran insuficientes.

Según datos del Censo de Estados Unidos, más de 51 millones de estadounidenses tienen alguna forma de discapacidad, y casi dos tercios de ellos tienen discapacidades severas. Los expertos prevén que en 2010 un 2% de la población utilizará sillas de ruedas y el 4% muletas, bastón, andadores u otras ayudas para la movilidad.