Los hechos ocurrieron poco antes de la medianoche de ayer. La mujer, que, según las mismas fuentes, tenía las facultades mentales perturbadas, había estado en paradero desconocido durante todo el día.

Según testigos presenciales, aproximadamente a las diez de la noche llegó al hotel "Hollidays Center", situado en la zona turística de Santa Ponça, en Calviá. La súbdita británica pidió un bocadillo y un cuchillo en la recepción del establecimiento hotelero.

Según las rimeras investigaciones, subió a una habitación del hotel y mató a su hijo pequeño asestándole siete puñaladas con el cuchillo que había pedido en recepción.

La mujer trató después de suicidarse cortándose las venas y tirándose desde el balcón de un primer piso del hotel, pero fue trasladada con vida a un centro hospitalario de Palma de Mallorca, donde permanece ingresada. Según fuentes del centro, no sufre heridas de gravedad. La mujer estaba en trámites de separación de su marido, con quien manteníadiscrepancias sobre la custodia de su hijo.

El juez del Juzgado de Instrucción número 9 de Palma, Enrique Morey, certificó ayer la defunción y ordenó el levantamiento del cadáver, mientras que hoy se realizará la autopsia del cadáver del pequeño.

Este es el segundo caso de parricidio que se produce en los últimos meses en Mallorca. El pasado mes de septiembre, el súbdito alemán Ruedeger Peter Oyntzen asesinó a sus dos hijos de corta edad inyectándoles una sustancia letal, según confesó él mismo ate la Policía. Peter Oyntzen está ingresado en la cárcel de Palma.