La mujer afirmó estar decidida a mantener su postura por tiempo indefinido, mientras las autoridades municipales no tomen medidas para solucionar el problema, que, según declaró a Servimedia, le ha provocado trastornos de salud.

Ante la posibilidad de que sea desalojada por la fuerza del despacho oficial, Dolores Rosales aseguró que "sólo con un tiro en la cabeza me sacande aquí". Mientras tanto, el alcalde de la localidad afronta esta pintoresca situación haciendo como si la mujer no estuviese instalada en su despacho.

Las autoridades de Marín han ordenado a la propietaria de la pescadería que adapte los motores de los congeladores a los decibelios permitidos por la ley que regula las actividades molestas. Ayer concluyó el plazo para que los responsables del establecimiento hiciesen las modificaciones.

La dueña de la pescadería, Dolores Turín, ha presentado en e ayuntamiento un certificado en el que consta que los ruidos producidos por las máquinas no sobrepasan los límites permitidos.

Fuentes del ayuntamiento indicaron que el próximo lunes tratarán de buscar una solución al problema.