El suceso ocrrió este pasado fin de semana en Murcia, cuando E.M., que está separada por sentencia judicial de A.R., irrumpió en la sacristía de la parroquia de San Lorenzo en compañía de su abogado y anunció ante el sacerdote que existía un impedimento para la boda, aduciendo que aún era la esposa de uno de los contrayentes.

Ante la reclamación pública, el párroco optó por cortar la ceremonia, lo que provocó una situación de asombro y sorpresa entre los 200 invitados y la frustación del contrayente, que no entenió la decisión del cura, ya que su anterior matrimonio con E.M. fue por la vía civil y no está reconocido por la Iglesia.

Según informó el párroco a esta agencia, cuando se realizó la "toma de dichos" para iniciar el expediente matrimonial, A.R., informó que era viudo y aportó el certificado de defunción de su esposa.

Como consecuencia de todo ello, el novio fue denunciado por un presunto delito frustrado de bigamia y otro de falsedad de documento, tras la querella que el abogado de la mujer presntó ayer noche.

El letrado Francisco Valdés dijo hoy que A.R. intentó contraer matrimonio religioso con la jóven, M.T., a pesar de permanecer casado civilmente con E.M.

Sin embargo, el novio frustado manifestó que su libertad definitiva sólo depende de la sentencia de divorcio y de que se realice el reparto de bienes gananciales.

También indicó desconocer que hubiese algún impedimento eclesiástico para celebrar la boda, sobre todo, tras dos sentencias de separación y los trámites realizados or su abogado.