La madre, localizada oco después por la policía, también fue internada en la sección de psiquiatría del citado centro sanitario, cuyos facultativos recomendaron su ingreso en el hospital Gregorio Marañón, ya que le diagnosticaron un estado de psicosis que alteraba sus facultades mentales, según informaron fuentes médicas.

Por su parte, la pequeña, que únicamente llevaba unos pañales como vestimenta, presentaba varios hematomas en el costado derecho y manifestaba una total inapetencia por los alimentos. Quedó en observació para que los médicos comprobaran cómo evolucionaba.

Los hechos ocurrieron hacia las siete de la tarde de ayer, cuando la mujer encargada de la limpieza de la comunidad de vecinos número 23 de la calle Ricardo Beltrán observó como una mujer de unos 30 años entró en la finca y dejó un carrito con una niña en un rincón del portal, para posteriormente marcharse.

La empleada aguardó un tiempo prudencial para ver si la madre volvía a por su hija, pero al final decidió avisar a varios vecinos, en vistade que nadie se hacía cargo de la pequeña.

Posteriormente, los inquilinos llamaron a la centralita del 092 para explicar lo ocurrido. Un coche patrulla de la Policía Municipal acudió al lugar y emprendió una batida por la zona para intentar dar con el paradero de la madre.

Esta fue localizada poco después, presa de una fuerte excitación nerviosa. La mujer no quiso identificarse y se negó a contestar las preguntas de los agentes, limitándose a pronunciar frases inconexas y sin sentido, aunque finamente aseguró que desconocía de lo que le hablaban.

Los funcionarios municipales, en lugar de trasladarla a comisaría, acordaron solicitar los servicios de una ambulancia psiquiátrica, cuyos médicos aconsejaron su ingreso en el hospital Doce de Octubre. Desde allí, fue trasladada posteriormente al Gregorio Marañón, donde quedó internada.