La denunciante, Ana C., compareció este mediodía ante los medios de comunicación. Su abogado, Adolfo Araiz, parlamentario foral por HB, contó lo ocurrido, y señaló que actúa en este asunto exclusivamente como letrado.

De acuerdo con su versión, que ya obra en las denuncias presentadas en el juzgado de Instrucción número 1 de Pamplona, Ana C. fue detenida el pasado mes de mayo junto a la Audiencia por varios individuos que la llevaron para su identifcación a la garita que la Guardia Civil tiene en los edificios judiciales. Allá la interrogaron algunos minutos, preguntándole por cuestiones relacionadas con ETA, que ella dijo desconocer por completo.

Días después, un hombre, que le mostró una placa del mismo Cuerpo, la obligó a entrar en un coche y, tras ponerle un paño oscuro sobre los ojos, la condujo a un sótano, en el que reconoció a las mismas personas que anteriormente la habían identificado.

Según la denuncia, le propinaron golpes y la ejaron sexualmente, mientras le preguntaban por el paradero de José María Aldaya, el industrial secuestrado por ETA. Ana C., que no milita en ninguna organización política, volvió a contestar que no sabía de qué le hablaban.

La mujer fue abandonada en una carretera cercana a Pamplona y, al día siguiente, presentó la primera denuncia ante un juez. En la denuncia aportó un informe médico, en el que se señala la existencia de policontusiones, esguince cervical y diversas lesiones.

Su abogado aseguróque "los controles y persecuciones" se sucedieron días después, hasta que el pasado 21 de junio, los desconocidos interceptaron a Ana C. para que rectificara su declaración judicial en el sentido de que los supuestos agresores no eran miembros de la Guardia Civil.

Según esta versión, la mujer volvió a ser raptada e introducida en un coche ayer tarde y, tras taparle los ojos, alguien le dio a beber una ampolla que la dejó semiinconsciente. A las 5 horas de hoy fue descubierta por un Policía Municipal trada en el suelo de una gasolinera de Pamplona, llorando y desorientada.

El parte médico emitido por el servicio de urgencias en el que fue atendida señala que sufrió cortes en diversas partes del cuerpo y posteriormente un médico forense descubrió en la vagina de Ana C. dos piedras de 3 y 5 centímetros de diámetro.

La pasada noche, un comunicante anónimo dejó también grabado en el contestador automático del despacho del letrado de la joven un mensaje que decía: "Los despojos están en la gasolinea de Esquiroz (donde Ana C. fue hallada). No nos reteis, hijos de puta".

El portavoz de la presunta agredida insistió durante la rueda de prensa en que tanto él como su cliente continuarán adelante con las acciones judiciales para esclarecer los hechos. Además, se mostró convencido de que será posible castigar a los responsables porque "Ana conoce perfectamente la cara de sus agresores".