Laura Rubia, que fue la única chica que subió al escenario de la plaza de Castilla, vibró con todos los jugadores, saludó a los aficionados junto a los campeones del mundo y se sumó a todo tipo de bailes y cánticos.

La joven es muy aficionada al baloncesto y acompañó a la selección española algunos días durante la preparación previa al Campeonato del Mundo, según informaron a Servimedia fuentes de la Federación Española de Baloncesto.

La joven mantiene una buena relación con todos los jugadores de la selección nacional, ya que su padre lleva ejerciendo como delegado desde hace varios años.

Además, según aseguraron fuentes del Unicaja Málaga, su "hobby número uno es el baloncesto" y acude a todos los entrenamientos del conjunto andaluz después de recibir clases en un colegio por las mañanas.

Laura Rubia vibró con el equipo malagueño cuando la pasada temporada se proclamó campeón de la Liga ACB y todos los jugadores del Unicaja le demuestran "mucho cariño", como Jorge Garbajosa (que la próxima temporada debutará en la NBA con los Toronto Raptors), quien le ayudó a subir al estrado de Plaza de Castilla.

Su gran afición al baloncesto hace que asista a todos los partidos que el Unicaja disputa en su cancha, en el Palacio de Deportes José María Martín Carpena, e incluso "se atreve a echar broncas a los jugadores cuando lo hacen mal".

Su padre fue jugador de los ahora desaparecidos Caja de Ronda y Mayoral Maristas, que se unieron en 1992 para formar el actual Unicaja de Málaga.