UNA JOVEN CONFESO, LLEVADA POR LOS "REMORDIMIENTO", HABER DESVALIJADO A SU TIA ENFERMA
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Pilar Pimentel, de 24 años, con antecedentes por tráfico de drogas y tenencia ilícita de armas, acudió ayer a una comisaría de Madrid y confesó a los funcionarios que había desvalijado a su tía, que permanecía ingresada en un centro médico. La joven dijo que quería contarlo todo porque tenía "remordimientos".
El pasado domingo, la víctima recibió la inesperada visita de una sobrina en el hospital donde estaba ingresada. Hacía añosque las mujeres no se veían y creyó que se trataba de un gesto de cariño familiar, según informó hoy la Jefatura Superior de Policía.
Sin embargo, la recién llegada aprovechó un descuido de la enferma para abrir su bolso y apodersarse de las llaves de su domicilio y de 30.000 pesetas. Después, se despedió cariñosamente de su tía.
Más tarde, la convaleciente echó el falta los objetos y acudió a su casa, donde comprobó que había sido desvalijada. Pese a no existir señales de violencia, faltaban tods las joyas, dos cajas de caudales, parte del ajuar doméstico, varias prendas de piel y una pistola del calibre 9 milímetros, con su documentación.
Policías de la comisaría de Estrella se hicieron cargo de las investigaciones y averiguaron que la sospechosa no acudió a ninguno de los domicilios donde habitaba, situados en las localidades de Coslada y Móstoles, y un piso del paseo de Extremadura.
Cuando ya pensaban dar el caso a otros compañeros, se encontraron ayer con la sorpresa de que la jovendecidió entregarse, llevada por sus remordimientos.
Pilar Pimentel declaró a los policías que, después de meditar profundamente, decidió presentarse y responder de su conducta.
Según dijo, llevó los objetos sustraídos a una consigna de la Estación de Chamartín y, tras vagar por diversos lugares, se personó con los bultos en el domicilio de su tía y los entregó al portero del inmueble.
(SERVIMEDIA)
09 Ago 1991
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