El director del centro explicó que sobre las 20 horas del jueves notaron que una de las recien nacidas había desaparecido, por lo que denunciaron los hechos ante la comisaría de policía.

Mientras tanto, la jven secuestradora de 17 años, que tiene sus facultades mentales perturbadas, llegaba a su casa y le comunicaba a sus padres que acababa de dar a luz una niña.

La reacción del padre de la joven fue llamar al hospital para advertirles de que había aparecido su hija con un bebé que sospechaba podría haber sido secuestrado en las instalaciones hospitalarias.

De inmediato se presentaron en el domicilio familiar, situado en el barrio de Argana de Arrecife de Lanzarote, policías y médicos que atestiguarn el buen estado de salud de la recién nacida.

Los responsables del hospital aseguraron que en el área de los neonatos no se ponen trabas de acceso para que los padres estén en contacto directo con sus hijos.

No obstante reconocieron que se habían producido fallos en la seguridad del edificio, sobre todo porque la secuestradora pasó a menos de tres metros de un control de seguridad si que nadie le preguntase a dónde iba con la recién nacida.