Para ello, el equipo liderado por la profesora Lisa Macintyre proyecta tomar fotografías del trasero de un grupo de voluntarias, que posarán con cientos de prendas distintas. Las modelos serán elegidas para que proporcionen una muestra lo más amplia posible de los distintos tipos de posaderas femeninas.

Después, se pedirá a esas mismas voluntarias que vean las fotografías y evalúen qué vestimentas consideran más favorecedoras para esa parte de su anatomía.

El objetivo del estudio es determinar de qué manera los distintos diseños, colores, estampados y tipos de telas afectan a la percepción del tamaño de las nalgas. Esa información será facilitada a la industria textil.

"Los medios de comunicación hablan mucho sobre los estilos que ayudan a estilizar la figura, y se acepta de manera general que una mejor imagen mejora la confianza y la autoestima. Sin embargo, nunca se ha investigado de manera científica cómo diseñar moda que ayude a las mujeres a sacar el máximo partido de su físico" sostiene Macintyre.

Los resultados de la primera fase del estudio, que se concentrará en los diferentes estilos de pantalones, se publicarán el próximo mes de mayo, y el equipo solicitará una ayuda al Gobierno para poder ampliar el estudio a otras prendas de vestir.