Se trata de “una zeta en perspectiva cenital de gran tamaño”, explica a Servimedia su autor, el artista con discapacidad visual Juan Torre.

La obra consta de dos placas de acero unidas por un tercer elemento en diagonal. En la primera aparece una mascarilla, “como símbolo evidente de lo que el covid supuso”, explica Torre, y también “de la responsabilidad y de los esfuerzos compartidos”. La segunda placa muestra una ‘d minúscula’ rodeada de signos '+', con la que Torre se refiere “a todos los tipos de discapacidad”.

El autor juega además con las texturas y los relieves, puesto que las representaciones sobre el acero se construyen a base de hendiduras. Toda la obra se ubica sobre un bloque de arenisca blanca de gran tamaño.

Según Torre, la obra tiene un doble objetivo. “Por un lado, busco recordar un hecho trágico”, como fue el gran impacto de la covid-19 entre todas las personas con discapacidad, uno de los colectivos más perjudicados junto al de las personas mayores. Sin embargo, “también pretendemos rendirles un homenaje”, prosigue, a fin de que “su recuerdo perdure y sus familiares y seres queridos encuentren consuelo”.

VÉRTIGO E ILUSIÓN

Juan Torre procede del mundo de la fotografía y, de hecho, esta obra es su primera escultura de gran formato. Por ello, confiesa que el encargo le hizo sentir “vértigo” en un primer momento, pero “también una gran ilusión”.

“Fue un honor que Cermi pensase en mí”, confiesa, convencido de que este tipo de memoriales "son necesarios, para que no nos olvidemos de la historia”. Alude también a un tema “muy importante”, prosigue, que impactó en toda la sociedad.

“Siento una gran responsabilidad y también mucho orgullo”, subraya Torre. Con todo, asegura estar “satisfecho” con el trabajo realizado y “feliz” de contribuir a un homenaje “tan necesario”.