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UNA EX NIÑA SOLDADO UGANDESA PIDE A LA COMUNIDAD INTERNACIONAL QUE SE ESFUERCE POR PONER FIN A ESTA PRACTICA

MADRID
SERVIMEDIA

China Keitetsi fue reclutada por una guerrilla de Uganda cuando sólo tenía 14 años. Tras diez años "en un verdadero infierno" consiguió escapar de esa vida y hoy vive en Dinamarca con el objetivo de ayudar a miles de niños que hoy sufren esta práctica en todo el mundo.

Keitetsi, que hoy visitó Madrid para presentar su libro "Mi vida de niña soldado" (Maeva Ediciones), pidió a la comunidad internacional que trabaje duro para acabar con esta realidad que afecta a más de 500.000 niños, especialmente en Africa.

Durante la presentación del libro, Keitetsi narró como "en el campamento la brutalidad era un medio para atraer la atención de los jefes militares y convertirse así en su guardia personal".

Una vez que las niñas, la mayoría menores de catorce años, ganaban la confianza de los líderes eran obligadas a mantener relaciones sexuales. Como consecuencia de ello, estas menores eran madres "demasiado temprano".

"Nos decían que el arma era nuestra mamá y los jefes militares eran dioses para nosotras. Sus vidas valían más que las nuestras", explicó la ex niña soldado.

Keitetsi tuvo dos hijos, un niño y una niña, que todavía hoy viven en Uganda alejados de su madre. Además, fue obligada a abortar "porque los jefes odiaban el llanto de los niños en los campamentos".

El relato de su vida, rememorado hoy entre sollozos ante los periodistas, no está exento de otros episodios salvajes. De hecho, tuvo que presenciar en numerosas ocasiones el fusilamiento de compañeras que habían decidido huir de estos campamentos y que habían fracasado en el intento.

Además, algunas niñas soldado sobrepasadas por la situación límite que habían sido obligadas a vivir, decidieron poner fin a sus vidas con sus propias armas.

FUTURO

Pese a las brutalidades sufridas por Keitetsi, hoy se considera "una niña de 28 años afortunada" por poder contar su vida, "muchas otras niñas no tuvieron la oportunidad de hacerlo".

Desde que salió de Uganda en 1999 ayudada por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) su situación ha experimentado un cambio positivo. Tanto es así que su intención es dedicarse a la protección de la infancia en el mundo.

"Escribir este libro me ha ayudado mucho a desembarazarme de todos los problemas que sufrido en mi vida. Doy las gracias a mi asistente social que fue la que me empujó a escribirlo", finalizó la ex niña soldado.

(SERVIMEDIA)
01 Feb 2005
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