Tozer es desde 2007 responsable del programa de personas con discapacidad que la organización humanitaria Mercy Corps desarrolla en Iraq, y trabaja para erradicar los prejuicios que impiden a los iraquíes con discapacidad trabajar o estudiar porque en su país se considera que su situación, especialmente si es de nacimiento, es un "castigo divino".

La deportista estadounidense promueve el derecho al empleo, la educación y la práctica del deporte de las personas con discapacidad en Iraq y, gracias a su perseverancia, ha conseguido desarrollar su labor tanto en la comunidad sunnita como en la shiíta, pese a las diferencias que las enfrentan.

También ha logrado formar la plataforma Asociación Iraquí de Organizaciones de Personas con Discapacidad, que reúne a 32 entidades que trabajan en el ámbito de la discapacidad en el país árabe.

Dicha plataforma está promoviendo la creación de un Ministerio para la Discapacidad, y también está en negociaciones con el Ministerio de Educación iraquí para defender el derecho a la educación de las personas con discapacidad.