UNA ETARRA DECLARA ANTE LA AUDIENCIA NACIONAL MIENTRAS AMAMANTA A SU HIJO
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La etarra Eider Pérez declaró hoy como testigo ante la Audiencia Nacional mientras amamantaba a su hijo recién nacido, en el juicio celebrado contra los terroristas Juan Antonio Olarra Guridi y Ainhoa Múgica Goñi, acusados de ordenar el transporte un coche cargado de explosivos que la banda pretendía colocar en un barco de la compañía Trasmediterránea.
Pérez, que declaró por videoconferencia desde la cárcel en la que cumple condena, apareció antes los magistrados portando a su hijo en el brazo derecho y dándole el pecho.
Esta no fue la única nota sorprendente de la vista oral, ya que los acusados escucharon el juicio desde el habitáculo acristalado mientras se dispensaban gestos amorosos y se daban algún que otro beso.
En concreto, Olarra Guridi y Múgica Goñi -antiguos número uno y número dos de ETA, respectivamente- fueron enjuiciados hoy por la Sección Cuarta de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional por ordenar en agosto del año 2000 a Pérez y a Aitor Olaizola el transporte de un coche cargado con cerca de 100 kilos de explosivos para entregárselo a los miembros del "comando Andalucía" de la banda terrorista.
El fiscal encargado del caso, Miguel Ángel Carballo, elevó a definitivas sus conclusiones provisionales y pidió para los acusados diez años de prisión por un delito de transporte de sustancias explosivas con finalidad terrorista.
Según el fiscal, en agosto de 2000, Olarra Guridi y Múgica Goñi ordenaron a Olaizola y a Pérez trasladarse a la localidad francesa de Bagnères de Luchon para recoger un vehículo cargado de explosivos.
Los terroristas debían entregar el vehículo en una población cercana a Valencia a los miembros del "comando Andalucía" de ETA Igor Solana y Harriet Iragi, ya condenados por estos hechos, quienes lo iban a utilizar para atentar contra un barco de la empresa marítima Trasmediterránea.
En el trayecto, cuando Pérez y Olaizola se encontraban en la carretera N-230 a la altura de la localidad de Estopiñán del Castillo (Huesca), el vehículo en el que transportaban los explosivos tuvo una complicación mecánica que les impidió seguir circulando. Otro miembro de la organización terrorista les recogió y, abandonando el vehículo, los acusados volvieron al País Vasco.
El 14 de agosto de 2000 la Guardia Civil localizó el vehículo, que se encontraba en medio de la calzada y obstaculizaba el tráfico. Los agentes comprobaron que el coche portaba matrículas falsas y encontraron en el maletero un arcón de madera con un candado que desprendía un fuerte olor a explosivos.
Al día siguiente, agentes especializados llevaron a cabo la explosión controlada del vehículo, que tenía una carga explosiva de cerca de 100 kilogramos. ETA, a través de un comunicado publicado en el diario "Gara" el 22 de septiembre de 2000, asumió la propiedad del coche-bomba.
LAGUNAS DE MEMORIA
Al inicio del juicio, en el turno de primera palabra, Olarra Guridi realizó la habitual proclama en favor de ETA y dijo no reconocer la legitimidad del tribunal para juzgar a "combatientes vascos".
Durante su declaración como testigo, Olaizola manifestó en repetidas ocasiones no recordar nada de los sucedido en aquella época. Ante la actitud del testigo, el fiscal Carballo solicitó que se diese lectura a la declaraciones que efectuó ante la Policía después de ser detenido.
En ellas, Olaizola reconocía su participación en los hechos y señalaba a Olarra Guridi y Múgica Goñi como los dirigentes de la banda que le ordenaron transportar los explosivos.
Al abandonar la sala, Olaizola dedicó un saludo a los acusados. Ante este gesto, la presidenta del Tribunal, Angela Murillo se dirigió al testigo y le dijo que "no tendrá usted tantos problemas de memoria cuando les saluda y les conoce".
Las declaraciones por videoconferencia de Eider Pérez mientras amamantaba a su hijo tuvieron el mismo contenido que las de Olaizola. La testigo también dijo no recordar nada de los hechos y añadió que no conoce a los acusados.
Sobre sus declaraciones ante la Policía después de su arresto, en las que incriminó a Olarra Guridi y Múgica Goño, Pérez aseguró que las hizo "bajo coacciones y torturas".
Además de los diez años de prisión, el fiscal pidió que Olarra y Múgica indemnicen al Estado por los desperfectos causados en la carretera, así como a los diferentes afectados por la explosión.
Tras escuchar las declaraciones de los testigos y las conclusiones del fiscal y de la defensa de los acusados, la presidente Murillo pronunció el visto para sentencia.
(SERVIMEDIA)
03 Dic 2008
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