Para la realización del estudio se encuestó a personas que no tenían la enfermedad, a familias con un miembro afectado y a profesionales de la salud como médicos, enfermeros y farmacéuticos.

En torno al 40% de los encuestados consideraban que estaban muy mal informados sobre esta enfermedad, y el 79% pensaba que los medios de comunicación debían informar más.

Por ello, según el estudio, los franceses temen más al alzheimer que el cáncer, del que sí se consideran suficientemente informados, pero, a pesar de ello, el 91% desearía que no les ocultaran que sufren la enfermedad.

Actualmente en Francia 850.000 personas tienen alzheimer, siendo su edad media de 83 años, y el 70% de ellos reside en el domicilio familiar mientras que el 30% están ingresadas en establecimientos especializados, aunque esta medida en la mayoría de los casos constituye el último recurso, debido al elevado precio y a que los familiares se culpabilizan por haberla adoptado.

A pesar de que existen ayudas para el pago de residencias en Francia, el coste mensual para el usuario se sitúa entre 1.500 y 1.600 euros mensuales.

En lo que se refiere al diagnóstico precoz, los neurólogos galos se muestran divididos, y mientras unos creen que cuando antes se administren fármacos, más eficaces éstos podrán ser, otros opinan que hasta ahora ninguno de los medicamentos a la venta ha mostrado realmente ser capaz de frenar la evolución de esta dolencia.

Por ello, muchos especialistas opinan que informar de su dolencia a un enfermo demasiado pronto sólo es una forma de inequietarle inútilmente, ya que de momento no hay cura para la enfermedad.