Un proyecto piloto de la compañía Dynamotive, de Ontario, en el que se utilizó esta materia prima, ha dado como resultado un combustible alternativo que se ha utilizado con éxito en calefacción y motores diesel. Los ingenieros de la empresa están estudiando ahora desarrollar este proceso a escala industrial.

Para ello, sometieron los residuos a un procedimiento químico denominado pirólisis, que consiste en un calentamiento rápido a elevadas temperaturas, entre 400 y 500 grados centígrados, en ausencia de oxígeno. Los gases resultantes, ricos en carbono, se condensan para obtener el combustible.

La empresa ya cuenta con una planta que genera 22.000 toneladas anuales de biocombustibles a partir de restos de madera de la industria maderera, y también ha conseguido obtener carburante ecológico a partir de las vainas de los granos del café.

Los responsables de Dynamotive aseguran que se pueden utilizar 100 tipos diferentes de residuos biológicos para producir combustibles verdes, y actualmente estudian utilizar residuos animales.