Las familias González López y González Amador decidieron abandona el pueblo porque, según explicaron, se sentían marginadas desde que el pasado mes de septiembre protagonizaron una polémica racial.

Durante cuatro días consecutivos los siete niños gitanos tuvieron que ir solos a la escuela pública de Aitona, ya que la Asociación de Padres de Alumnos del centro boicoteó las clases. Los padres pedían que los siete gitanos se repartieran entre este colegio y el privado Pare Palau.

Tanto el alcalde de Aitona, Josep Lluís Prim, como algunos de los vecinos del pueblonegaron siempre que se hubiera producido alguna presión o amenaza para que las familias se marcharan.

Sin embargo, tras el intento de poner paz de la Asociación Cultural, sólo regresaron los González López. Los González Amador prefirieron seguir en Igualada, ciudad en la que habían vivido antes de instalarse en Aitona.