Las personas que uaban ayer dicha playa se encontraron con que el cetáceo no podía regresar a alta mar, por lo que dieron a aviso a las autoridades de Marina, que enviaron un remolcador para ayudar en las tareas de rescate.

Mientras tanto, los bañistas hacían considerables esfuerzos para mover las toneladas que pesa la ballena en un vano intento de devolverla al mar. Cuando el buque se encontraba intentando remolcar el animal hacia mar adentro sin éxito, la propia ballena consiguió zafarse de las rocas y se fue introduiendo lentamente en el mar.

El cetáceo "paseó" durante unas horas por el litoral de la capital grancanaria hasta desaparecer mar adentro sin que al parecer sufriera heridas durante las tareas de rescate.

Es bastante frecuente la presencia de los cetáceos en aguas de las islas, hasta tal punto que varios buques de la Compañía Trasmediterránea han incorporado detectores de ballenas para evitar colisiones como la que costó, hace un año, la vida a una persona y heridas a otras veinte.