Según informó el ayuntamiento en una nota de prensa, la amenaza de bomba había sido comunicada a una empresa de la localidad y advertía de la colocación en el ayuntamiento de un artefacto explosivo que estallaría a las 11,00 horas.

La empresa alertó inmediatamente a la Guardia Civil, poniéndose en marcha el protocolo de actuación para este tipo de situaciones.

Tras desalojar el edificio, la Policía Local estableció un perímetro de seguridad alrededor de la casa consistorial, acordonando la zona y comprobando las matrículas de todos los vehículos estacionados en la plaza e inmediaciones, cotejándolas con la base de datos del Cuerpo Nacional de Policía.

Guardia Civil y Policía Local procedieron entonces a inspeccionar las dependencias, tanto del actual edificio consistorial como del nuevo -cuyas obras terminaron hace unos meses, aunque aún no presta servicio-, sin encontrar nada. Los empleados pudieron regresar a sus puestos de trabajo a las 11,30 horas.