El origen de la contaminación radiactiva podría ser una fuente de cesio-137 que supuestamente se encontraba entre la chatarra que alimenta al horno de la instalación, que no fue percibida por los sistemas de detección radiológica a que se somete la chatarra cuando llega a la fábrica.

Acerinox dispone de una instalación radiactiva y de personal cualificado para medir radiaciones que permitió idntificar la presencia de radiactividad en el sistema de filtración de humos con que cuenta el horno.

Tras detectar la contaminación radiactiva, la empresa aisló la zona para evitar que los trabajadores y el entorno pudieran resultar afectados.

La empresa informó al CSN del suceso, tras ratificar las medidas adoptadas por la empresa, y ordenó otras actuaciones complementarias para controlar las consecuencias de la fuga.

Una inspección del CSN realizada ayer, jueves, verificó que la contaminacón sólo afectaba a las zonas aisladas, a pesar de lo cual un laboratorio hace un seguimiento de la situación. Además, una empresa especializada se ha encargado de la descontaminación de las zonas afectadas.

El Consejo de Seguridad Nuclear también requirió a Acerinox una revisión preventiva del personal que trabaja habitualmente en la instalación, aunque considera poco probable que alguno haya resultado contaminado.

Asimismo, el CSN investiga la posible relación de este suceso y el ligero incremeno de cesio, aunque se mantiene por debajo de los niveles admitidos internacionalmente, detectado en algunas estaciones de medida de Francia y Suiza. Sin embargo, la red de vigilancia radiológica nacional no ha detectado ninguna alteración de los niveles de cesio en España.