Esta cadena de cierres se ha producido en el término de los dos últimos años y se ha cebado en rotativos cuya trayectoria ha sido muy breve, a pesar de que en el momento de su aparición la situación del mercado parecía propicia. "El Sol" hace un repaso de la corta historia de cada uno de los cuatro casos y un recuento del personal que se ha ido quedando sin trabajo a medida que las respectivas empresas daban por zanjada la actividad periodística.

Comienza la relación por "El Independiente", que tras dos años de vida como semanario fue convertido en diario en julio de 1989 y sólo duró en esta situación dos años más, hasta que cerró el pasado 31 de octubre, dejando en la calle a 200 personas.

"'Claro', que se presentó e el mercado como una nueva oferta de información sensacionalista, sacaba su primer número el 8 de abril de 1991, con unas expectativas de ventas de un millón de ejemplares", explica la información, y cuatro meses más tarde la empresa editora, Silex Media, lo liquidaba y dejaba sin empleo a 400 trabajadores.

"La Economía 16" apareció como diario especializado en economía en septiembre de 1989. Seis meses más tarde sus accionistas cerraron y despidieron a la totalidad del personal, casi 200 personas, encontradicción con los estudios de mercado realizados por la empresa meses antes, según recuerda hoy el periódico.

SU PROPIA HISTORIA

Por último, "El Sol" hace un balance de su propia historia, que califican como "la más larga, pero sin duda la más accidentada", de las cuatro, debido a los constantes cambios de director, siete en dos años, decididos por el presidente de la empresa, Germán Sánchez Ruipérez.

"Por él han pasado, en el siguiente orden, José Antonio Martínez Soler, Eduardo Sanmartín,Miguel Angel Aguilar, Eduardo Sanmartín (de nuevo), José Angel Hernández, Nacho Alonso y Manuel Colomina. Ello sin contar con que se ha cesado al consejo editorial, al consejero delegado, al editor, al vicepresidente, a dos adjuntos al director y al gerente", indica la información.

El diario ha sufrido una caótica secuencia empresarial, en la que no se renovaban los contratos y se recortaban al máximo los gastos, mientras se mantenían sucesivas y semanales expectativas sobre una ampliación de su númer de accionistas.

Finalmente, la empresa comunicó que todo intento de dar entrada a nuevos socios había fracasado y, a pesar de que la gerencia confirmó al comité de empresa que el diario vendía, al día de su cierre, 60.000 ejemplares y que con 90.000 se podría autofinanciar, una plantilla de 300 trabajadores, incluyendo redacción, administración y talleres, se quedará en la calle.