Un portavoz del Ministerio de Defensa informó a Servimedia que las tareas de búsqueda fueron suspendidas a media tarde debido a que empezó a nevar y a que el fuerte viento que sopló durante todo el día en la provincia, dificultó la labor de los helicópteros. Mañana, viernes, reanudarán los rastreos.

Precisó que no es extraño que aún no hayan sido encontrados los restos del avión, ya que la zona es muy abrupta y la nieve entorpece la visibiidad.

Hoy fueron supervisadas las sierras salmantinas de Francia y Bejar, la sierra cacereña de Gata y el valle de Jerte, en Avila, sin que pudiera ser localizado ningún rastro delavión o de sus ocupantes.

Miembros del Servicio Aéreo de Rescate (SAR), aparatos procedentes de la Escuela Nacional de Aeronáutica de Cuatro Vientos (Madrid) y varios helicópteros sobrevolaron la zona marcada en la hoja de vuelo del aparato desaparecido.

Fuerzas de la Guardia Civil, agentes del Servicio de Montes d la Junta de Castilla y León, así como efectivos de Protección Civil examinaron a pie las áreas por donde supuestamente pasó el avión.

LLAMADAS A LA BASE

Los responsables de la escuela de Matacán, situada a unos veinte kilómetros de Salamanca, recibieron a lo largo de todo el día de hoy, numerosas llamadas telefónicas de personas que querían dar pistas sobre el supuesto paradero del bimotor.

El avión salió ayer a las 11,40 de la mañana de la escuela para hacer ejercicios de instrucción en el trángulo de Matacán-Avila-Sierra de Bejar.

Cuando se confirmó que el aparato no regresó a las 2,30 de la tarde como estaba previsto, la base difundió la alarma y comenzaron las tareas de rescate.

Según informó el mismo portavoz del Ministerio de Defensa, aunque los vuelos de los aparatos que operan en Matacán están supervisados, a veces "desaparecen" de las pantallas de control debido a que vuelan a cotas de altura muy bajas para no ser detectados por el radar.

En el "aviocar" viajaban el capián instructor Angel Martín Martín, los sargentos alumnos Angel Baz Duque, Vicente Utrilla Rata y Hernán de Gabriel del Pulgar y el subteniente mecánico Vicente Revilla Ruiz.

Angel Martín tenía realizadas 2.000 horas de vuelo y Vicente Revilla casi 7.000. Aunque al principio se barajó la hipótesis de que el aparato hubiese sufrido una avería y realizase un aterrizaje de emergencia, según pasaron las horas, cobró más fuerza la teoría de que los militares sufrieron algún accidente.